HISTORIA
El Hogar Infantil Faraja Orpahange fue establecido por Faraja Maliaki y es una organización no gubernamental con el siguiente número de registro: 00NGO/08378. Durante la inspiración y un fuerte sentimiento en su corazón, decidió abrir un orfanato con el objetivo principal de apoyar a los niños que provienen de situaciones difíciles en los pueblos de Arusha.
El orfanato comenzó en 2008 con pequeñas herramientas y recursos, pero desde entonces se ha desarrollado enormemente y ha enfrentado muchos desafíos diferentes a lo largo del camino. Nuestras instalaciones actualmente constan de una cocina, trasteros, dos aulas, un comedor y 3 habitaciones grandes con literas. Disponemos también de un pequeño parque infantil.
Apoyamos y cuidamos a niños que provienen de situaciones difíciles independientemente de su género, tribu y religión. Los niños actualmente tienen entre 10 meses y 18 años. Algunos niños viven con sus padres/tutores pero pasan el día con nosotros y algunos de los niños viven con nosotros permanentemente. Independientemente de dónde vivan, les proporcionamos lo mejor que podemos comida, refugio, ropa y amor.
Sabemos el valor de la educación y por lo tanto sabemos lo importante que es asistir a una escuela calificada para asegurar un buen futuro para cada niño. Por eso siempre estamos buscando padrinos para nuestros pequeños y pequeñas. Para obtener más información sobre el patrocinio, haga clic aquí
EQUIPO DE TRABAJO
El equipo de trabajo está conformado por un grupo apasionado y comprometido de individuos que comparten un objetivo común: Mejorar la vida de los niños y niñas en situación de vulnerabilidad. Conformado por el director del orfanato, el coordinador, las cuidadoras y por supuesto nuestros voluntarios y voluntarias, siendo todos ellos la columna vertebral del hogar.
FARAJA MALIAKI
Es director del orfanato y también es pastor y predicador en la Iglesia Internacional Jesus Light. Su sueño siempre ha sido ayudar a los huérfanos y a los niños de familias vulnerables para que tengan mejores oportunidades. Comenzó con solo 15 niños, incluso antes de registrarse oficialmente ante el gobierno, y en ese momento vivía con los niños en su propia casa. Finalmente, en 2008, el orfanato fue oficialmente registrado como un hogar para niños. Desde entonces, más de 200 niños han sido beneficiados por sus sueños convertidos en realidad.
AYUBU MOLLEL
Es coordinador del orfanato, un joven masái de 30 años con una historia de resiliencia inspiradora. Criado en comunidades vulnerables y que tras perder a su padre a los 4 años, su madre buscó ayuda en una iglesia cercana debido a dificultades financieras. Después de pasar por varias escuelas gubernamentales, finalmente recibió patrocinio para asistir a una escuela privada. Con determinación, se graduó en 2022 con una maestría en gestión de recursos humanos.
Hoy, su experiencia personal lo impulsa a cuidar y guiar a los niños en situaciones similares en el hogar ''Faraja''. Su historia es un ejemplo de cómo la educación y la perseverancia pueden cambiar vidas.
GRACE OMBELA
Una de nuestras cuidadoras, quien reside en el orfanato y se encarga de garantizar que todo esté en orden y bajo control para el bienestar de los niños. Con un vínculo afectivo especial y una dedicación inquebrantable, esta cuidadora es conocida cariñosamente como "Dada" por los niños y todos nosotros aquí. En swahili, "Dada" significa "hermana", un título que refleja la profunda conexión y el compromiso que ella tiene con los niños a los que cuida. Su nombre no solo representa un papel en la gestión del orfanato, sino que también simboliza la intimidad y la calidez con la que ella convive con los niños, haciendo que cada uno se sienta amado y protegido, como si fuera parte de su propia familia. Su presencia y cuidado son fundamentales para crear un ambiente hogareño y seguro donde los niños puedan crecer y prosperar.
IRENE Y NAIARA
Dos educadoras sociales de Pamplona que un día decidieron aventurarse y embarcar en una experiencia transformadora en Tanzania. Durante un mes completo, vivieron la experiencia de trabajar en este orfanato, aportando su granito de arena para mejorar la vida de los niños que lo habitan.
La experiencia fue tan gratificante y enriquecedora que, junto a Ayubu han decidido iniciar este proyecto.
Su objetivo es colaborar en la mejora del proceso tanto de los niños como del orfanato. Es por eso que crearon este espacio para encontrar voluntarios y voluntarias que, al igual que nosotras, deseen contribuir con su tiempo y esfuerzo a esta noble causa.